¿No os ha pasado a vosotros el quedar en un restaurante o en un bar y ver una pareja que no pasa el tiempo hablando y sí que están colgados del móvil?. Cierto es que yo he jugado alguna vez a estar con el móvil y hablar justo con la persona que está delante de mí tomando algo, como si estuviésemos hablando con el móvil con otra persona, cuando en realidad lo hacíamos entre nosotros. Pero eso era un juego. ¿Cuántas veces estamos con alguien y nos llega un mensaje que creemos que tenemos que contestar y desatendemos a la persona que está en frente de nosotros?
Muchas veces no sabemos cuándo es el momento perfecto para contestar, y es que en algunas de esas ocasiones, es posible que deberíamos de dejar el móvil a otro lado, porque persona que está al otro lado del teléfono siempre puede esperar, mientras que la persona que está tomándose una cerveza contigo tiene el tiempo contado.
Y si esto pasa con amigos, quizá puedan perdonártelo, pero ¿qué pasa cuando la persona a la que no estás prestando atención es tu pareja?
Quizá no hay problema si solamente coges el teléfono para contestar un mensaje de WhatsApp, pero… ¿por qué intentamos ocupar esos momentos ‘muertos’ en ver vídeos de Facebook o stories de Instagram mientras estamos con otras personas?, ¿por qué dedicamos nuestro tiempo en ver lo bien que lo pasan los demás mientras de dejamos pasar el tiempo que nosotros mismos deberíamos estar disfrutando? Cierto es que esto es algo que nos entretiene. No sólo es que tengamos el defecto de ser cotillas por naturaleza, sino que realmente es un buen entretenimiento cuando no tenemos otra cosa que hacer pero, ¿por qué lo hacemos cuándo deberíamos disfrutar? Ahí entra el gran problema.
Pero, pensémoslo bien: ¿qué pasaría si dejásemos el móvil por un día en casa?, pues seguramente preocuparíamos a muchos. Olvidarse del código pin del móvil y estar sin poderse conectar (ni a las redes sociales, ni recibir llamadas ni poder realizarlas) puede crear un conflicto, y es que nuestros seres queridos ya dan por hecho que tenemos que llevar encima nuestro dispositivo y, muy probablemente se preocupen si no reciben pronto nuestra contestación.
Según un informe publicado en la Cyberpshycology, Behavior and Social Networking, el 1,5% de la población española está enganchada al móvil. Pilar Conde, directora médica de Clínicas Origen, advierte que para mantener una relación sana hay que mantener unos límites claros, y es que siempre tenemos que tener los tiempos claros: hay tiempo al que podemos dedicar a revisar las redes sociales y las actualizaciones, y hay tiempo para pasarlo con la persona que tienes al lado. Los silencios no siempre tienen que ser incómodos, y rellenarlos con el móvil no siempre puede ser una buena solución, ya que al final acaban siendo los más.
Si nada de esto funciona, hay que marcar unos horarios para cada cosa.