Jennifer Lawrence, esa actriz que tan pronto puedes odiar como puedes amar. Mi caso es el segundo de ellos porque no hay nada que admire más que una persona que se haya hecho a sí misma. Más allá de cánones estéticos, que está más que demostrado que los cumple (y los supera), ha demostrado ser no sólo una muy buena actriz, sino también tener una personalidad arrolladora, a la par de tener una muy buena cabeza a la hora de elegir los papeles a interpretar.
La actriz, que se ha convertido por todos estos motivos como la actriz mejor pagada del mundo por segundo año consecutivo, vuelve a ser imagen de una de las firmas de moda más importantes, Dior, con la que lleva trabajando desde 2012 con gran éxito.
La actriz comenzó a ser imagen de la marca en su departamento de belleza, y no dudaron en ampliarle el contrato para promocionar también sus complementos, para lo que comenzó a ser imagen en 2013.
Como suele ser el caso últimamente, el fotógrafo de la sesión, Patrick Demarchelier, centra toda la atención en los verdaderos protagonistas: tanto los bolsos y complementos como la actriz que los luce, utilizando los menos adornos posibles y fondos neutros
Supongo que esta asociación no se quedará en esta última campaña, basada en amplios abrigos y jerseys de punto de un sólo tono, sino que van a regalarnos muchas imágenes como estas en las próximas temporadas.
Yo estoy deseando ver ya la próxima, ¿y vosotros?