Aunque no es la primera vez que escribo sobre el tema del que quiero hablaros hoy, sí que es cierto que no puedo dejar de hablaros sobre ello porque el trato que he recibido allí es realmente increíble. Si seguís el blog a menudo, habréis visto que hace a penas un mes visité de nuevo uno de mis lugares favoritos: Brihuega, una pequeña localidad que se encuentra en Guadalajara, Castilla La-Mancha.
Hace un año más o menos que ya os hablé de esta ciudad y, especialmente de uno de los lugares que podemos encontrar allí, Hotel Spa Niwa, donde podemos disfrutar de todo el relax y la tranquilidad de la zona, aumentado por su hospitalidad y su buen hacer.
Varias compis bloggers y yo pudimos asistir un par de días de sus instalaciones. Nosotras hemos podido disfrutar de las instalaciones en compañía, pero es un lugar especial para hacerlo solo o en pareja, ya que las instalaciones y sus programas especiales en masajes y deporte ayudan a que podamos sentirnos increíblemente bien. Esta vez, pudimos disfrutar por igual del hotel como del lugar.
Nosotras íbamos a disfrutar de un par de días detox, el verano se acerca y el momento piscina también. Nos encanta poder disfrutar del sol y lucir nuestro tipazo, y en el Hotel Spa Niwa lo saben, por nos eso tenían preparado un circuito detox y reductor especialmente ideado para nuestro disfrute y para conseguir llegar a conseguir el cuerpo deseado.
Nos establecimos en nuestras habitaciones y nos preparamos para una rica y saludable comida cerca del jardín, para más tarde poder descansar en el spa que disponen. Mientras algunas disfrutábamos de las saunas y chorros de agua en sus piscinas climatizadas, otras podían disfrutar de un maravilloso masaje. Como bien podéis ver en su página web, disponen de una gran variedad de masajes para las contracturas, relajantes y drenantes. Yo elegí el que lleva por nombre Hilot, que es un masaje filipino tradicional que data del siglo V, que se basa en cubrir el cuerpo con hojas de plátano y aceite de coco virgen. Lo mejor de estos tratamientos es que pueden realizarse a cubierto en sus cabinas habilitadas para ello y también en el exterior, disfrutando del sol y del jardín en los momentos de buenas temperaturas.
Más tarde disfrutamos en buena compañía de una rica cena para pasar a descansar en nuestras habitaciones. No os mentiré y os diré que como siempre suele pasarnos en nuestros viajes, aprovechamos para estar un rato juntas y compartir risas y confidencias.
Al día siguiente nos esperaba un desayuno de campeones. La verdad es que nos tocaba andar bastante y nos tenían preparadas varias actividades, así que nuestro desayuno se basó en frutita, tostadas de pan y alguna que otra cosa que no debíamos haber cogido pero…, ya que estábamos había que probarlo todo, ¿no?
Y tras el gran desayuno tocó una hojita de ejercicio. Nosotras elegimos la posibilidad de hacer Zumba, es un ejercicio que me encanta y que es muy fácil ya que mantienes el ritmo y haces ejercicio de una manera muy cómoda. Ana, nuestra monitora, no sólo da clases de zumba, sino que también se puede disfrutar de clases de Pilates o Yoga.
Más tarde nos cambiamos y decidimos dar un paseo por Brihuega. Como ya sabéis de mis entradas anteriores, esta localidad es famosa por sus campos de lavanda y, tanto es así, que todos los años realizan un festival musical que une la recogida de la flor con la música, una unión que merece la pena observar y que este año se realizará el mes que viene.
Pero esto lo hemos dejado para otro momento, porque todavía no es la fecha exacta de la recogida, en su lugar nos llevaron a los Jardines de la Real Fábrica de Paños, reabierta y rehabilitada hace tan sólo unas semanas. Un paraje precioso que tras años cerrado el ayuntamiento ha decidido revivir, para nuestro deleite.
Después de nuestro paseo en el que, como habéis podido ver, hacía algo de airecito, nos dispusimos a comer para más tarde disfrutar de otro de los maravillosos masajes de Niwa. En esta ocasión yo elegí el tratamiento Bye Bye Celulitis, indicado para perder la retención de líquidos y atacar la celulitis localizada, con la que se puede perder una talla de pantalón tras el masaje.
La verdad es que cuando terminé mis tratamientos me noté mucho más estilizada, perdí los líquidos retenidos y mis piernas estaban muy firmes, acabé encantada con los resultados.
Este viaje se está convirtiendo en un ‘must have’ anual. Cierto es que descansar un par de días en un hotel spa fuera de tu ciudad hace que puedas desconectar, y más de la manera que lo disfrutamos y de la manera que siempre somos tratadas allí. ¡Cómo no vamos a querer volver!