Tal y como os conté en mi entrada de ayer, hoy os he querido contar un poco qué es lo que pude comer durante mi viaje a Amsterdam. Aunque no sea un lugar que brille por su gastronomía, sí que hay pequeñas perlas que merece la pena descubrir.
Por un lado, yo ya llevaba apuntadas algunas de las cosas que quería probar, pero por otro lado también había concertado un tour gastronómico que haría durante el segundo día de mi viaje. No sabía qué lugares visitaría ni qué probaría en el tour, así que el primer día me arriesgué a comer lo que me apeteciese en ese momento.
El primer día no tuve tiempo de comer. Como ya os dije, terminé de visitar un museo y luego salí corriendo para realizar el tour a pie por la ciudad. Cuatro horas después, como tenía frío y estaba mojada por la lluvia que caía, acabé entrando en un local que estaba cerca del punto final del tour. No recuerdo el nombre del bar, pero era un típico bar de allí porque pude comer Stamppot, un plato basado en una gran salchicha o albóndiga acompañada de verduras como cebolla, zanahoria y espinaca. En la fotografía no sale del todo bien, pero así es más o menos como luce.
El segundo día lo dediqué a disfrutar de algunas de las comidas más típicas de la mano de Hungry Birds, un tour de streetfood creado por Zosia, Esther-Hanna y Rachael. No sólo tienen el tour que yo realicé, que fue el que recorría los mercados, sino que también tienen otros dos, como el que realizan recorriendo los bares más típicos.
Si ya habéis ido a Amsterdam, o incluso habéis visitado alguna de las ciudades de los Países Bajos, seguro que habréis visto algunas de las tiendas que más extrañeza causa en la gente que visita el país. FEBO, que recibe su nombre porque su primer local se localizó en FErdinand BOlstraat, es un local de comida rápida. Lo que más llama la atención cuando entras en estos locales es la cantidad de máquinas expendedoras que se pueden ver, todas llenas con productos tipo hamburguesa o croquetas. Estos productos, que se mantienen calientes, tienen un coste muy económico, y es muy habitual comerlo a cualquier hora del día. Hay muchos tipos de croqueta, siendo la de carne la más normal, pasando por una de tallarines y otras vegetarianas
Otra parada que me gustó bastante fue la que realizamos en Yoghurt Barn, una tienda especializada en yogures naturales, zumos y tés, un sitio ideal para todo aquel que le guste lo orgánico.
Entramos en el Mercado de Albert Cuypstraat y visitamos algunos de los puntos más importantes. Allí no sólo venden comida fresca para cocinar en casa, sino que venden ropa, accesorios y comida lista para comer. En cuanto a pescado, hay dos productos importantes que no puedes dejar de comer, el pescado rebozado y el broodje haring, un arenque crudo que se toma con pepinillo y cebolla y que está marinado.
Otra de las cosas que son típicas allí son los llamados Patat Speciial, cucuruchos de patatas fritas con crema de cacahuete, mayonesa y cebolla. De esta comida no tengo fotografía, la verdad es que
Y como postre, lo más tradicional allí son los gofres delgaditos con caramelo en el interior, tipo sandwich, estos se llaman Stroopwafel, por si los quieres pedir en cualquier local.
Otra de las cosas que no podéis dejar pasar es visitar la tienda Van Stapele. La tienda lleva abierta solamente dos años, pero en tan sólo ese tiempo se ha convertido en una de los locales más cotizados por ser vender la que llaman la mejor galleta de chocolate de Holanda. Tanto es así que en ocasiones los clientes van al local y no tienen galletas, o tienen que esperar a que salgan las que hacen en el momento o tienen que reservarlas para recogerlas más tarde. Y merecen la pena, la verdad. No dejéis de visitar este pequeño local que sólo se dedica a vender un tipo de galleta, con eso os digo todo.
¿Os llama la atención alguna de estas exquisiteces?, ¿ya conocíais alguna?
