Hace unas semanitas hice mi primer viaje al extranjero y un par de días atrás, empecé a narrar mi experiencia. Me quedé en la narración del día primer día de viaje porque había demasiada información, así que decidí ir por pasos para no colapsar demasiado el post. El anterior post lo basé en la primera parada que hicimos: Ciudad Rodrigo (Salamanca), pero en el post de hoy ya os introduciré mi camino por Portugal
El primer día no fue tan agotador y, teniendo en cuenta que lo peor (que era el viaje) ya había pasado, llegamos a nuestra parada ‘definitiva’: Aveiro. Allí íbamos a pasar las dos primeras noches, así que dejamos nuestras maletas y media hora después ya estábamos dando vueltas por el pueblecito. Lo que más nos llamó la atención de este lugar eran las rías, por las que pudimos hacer un paseo en barca (que ellos llaman moliceiros) muy parecidas a las góndolas venecianas. Y así lo llaman ellos, renombrando Aveiro como la Venecia portuguesa.
Durante el recorrido pudimos ver las casas pesqueras y las clásicas casas de azulejos. Todo Aveiro estaba lleno de casas con diferentes dibujos en tonos azules, o en tonos pastel. Según cuentan, la azulejaría es uno de los comercios más fuertes de esta zona, y comenzaron a usarlo en las casas cuando se dieron cuenta de que tanto el frío como el calor no entraban en los hogares y con su utilización se mantenía la temperatura bastante estable durante todo el año.
¿Habéis visto las aceras asfaltadas que bordean la ría? Lo primero que pensé es que sería un lugar perfecto para hacer algo de running. Imaginé que, con algo de suerte, a lo mejor podía calzarme unas zapatillas deportivas y salir a hacer unos kilómetros. Pero ahí se quedó, siempre tengo el impulso de hacerlo, levantarme temprano y hacer algo de ejercicio físico, pero no soy capaz de levantarme de la cama para hacerlo. Igualmente, con el poco tiempo libre que tenía, tampoco me hubiese dado tiempo a hacerlo, así que se quedó solamente en una idea.
¿Y esta capilla tan barroca os la hubieseis imaginado alguna vez en Portugal? Os juro que lo primero que pensé cuando entré en la sala era que estaba en la guarida de Alí Babá o del dragón Smaug. Había dorado por todos los lados, a excepción de esta decoración de azulejo. Lo que más me sorprendió fue la mezcla de estos dos estilos tan diferentes en un mismo lugar.
Dos últimas notas curiosas fue ver una antigua fábrica de azulejos, que parecía una residencia universitaria y una graciosa sonrisa pintada en un foco del suelo.
Finalizó el primer día de visita en Portugal. Los siguientes días visitaríamos Coimbra, Oporto y Lisboa. Mientras os enseño el resto, aquí os dejo un vídeo de cómo fue el primer día.