Hace ya unas semanas tuve una nueva experiencia en mi vida y vosotros pudisteis seguirlo a través de la redes sociales. Me estoy refiriendo a la recogida de la uva y mi visita a los viñedos de Matarromera, Valvuena de Duero, de la mano de una de mis marcas cosméticas favoritas: Esdor.
Aunque otras compañeras bloggers (y amigas) ya habían vivido la experiencia el año pasado, no es lo mismo adivinar cómo lo vivieron a través de las fotografías que vivirlo desde dentro, así que me encantó recibir la llamada para invitarme a pasar un día con ellos. Coincidió, además, con uno de esos días lluviosos de finales de otoño en los que prefieres estar visitando otros lugares y descubrir cosas nuevas. Un día lluvioso que, ya veréis por las fotografías, aprovechamos al máximo, sacándole partido a las inclemencias del tiempo.
Lo primero que vimos al llegar a las bodegas de Emina fue ver el increíble viñedo del que sale el producto final, tanto en vino como en cosméticos; metros y metros de plantas de vid recién recogidas poco tiempo antes para la fabricación del vino de ese año. Eso sí, como bien veréis más adelante, alguna todavía quedaba.
Al entrar en la fábrica, tuvimos un caluroso recibimiento por parte de los trabajadores de Matarromera, que nos esperaban para ofrecernos un refrescante aperitivo acompañado de una de las novedades de la casa, Win 5.0, un frizzante blanco que estaba delicioso y que no dudaré en buscar para tenerlo estas Navidades en mi mesa.
Más tarde, pudimos disfrutar de un tour por las instalaciones: desde las salas en las que fermenta el vino, pasando por ver los diferentes tipos de barriles y vinos, y finalizando por el embotellado. Finalizamos el tour visitando la zona de I+D, es decir, el laboratorio donde se elabora la cosmética de la marca.
Además del tour por las instalaciones, también pudimos disfrutar de una cata que nos tenían preparada: una cosmeti-cata. Al principio no sabíamos muy bien qué querían decir, pero en cuanto comenzamos a hacerla, comprendimos que nos tenían preparada un tipo de cata totalmente diferente. Tres tipos de vino (blanco, rosado y tinto) que casaban a la perfección con tres diferentes productos de Esdor. En esta ocasión el paladar no fue el sentido que pudo disfrutar de la cata, sino que más bien fueron el olfato y el tacto los benefactores de tan especial evento.
Empezaba a entrar hambre, y como no, también nos habían preparado un delicioso menú para seguir adelante con lo que todavía nos quedaba por delante: un lechazo y un risotto, que estuvo acompañado por su correspondiente vino
…y tras la comida, llegó el momento de vendimiar. Esdor nos tenía preparada una gran sorpresa: unas botas para la lluvia Havaianas y un bolso de esparto de Stella Rittwagen. Estos complementos nos fueron necesarios para la vendimia porque, además de las tijeras podadoras y los guantes, necesitábamos un capazo para ir guardando las uvas que recogíamos y botas de agua para poder introducirnos en medio de las vides.
El día ya finalizaba, y lo hacía de la mejor manera: recogiendo la materia prima.
Nos enfundamos en nuestras botas para evitar el barro que se había formado a causa de la lluvia y recogimos una buena cantidad de uvas, que luego pudimos probar a nuestra llegada a casa.
Esta fue la finalización perfecta para un día completo, conociendo desde dentro el mundo del vino y aprendiendo a apreciar los beneficios que la uva aporta.
Catorce bloggers fuimos las que pudimos vivir de cerca esta experiencia gracias a Esdor, Matarromera, Stella Rittwagen y Hawaianas.
Os dejo con un bonito vídeo que se realizó durante la visita a las bodegas de Emina. ¡Cómo me gustaría volver a vivir la experiencia!
El capazo es una preciosidad. <3
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