Hace un tiempo tuve la oportunidad de visitar el último centro de Ángela Navarro. Para los que no la conozcáis, os diré que es una eminencia en cuanto al tratamiento fuera-dentro de los enfermos de cáncer. ¿Y por qué digo esto?, porque si ya es un varapalo recibir la información de que padeces una enfermedad como la que es el cáncer, más puede cerrarse en sí mismo el problema estético que conlleva la lucha de la enfermedad. De eso, Ángela Navarro sabe un buen rato, y ha creado un nuevo centro integrado en la Calle Ayala 26 de Madrid, para ayudar de la mejor manera que sabe a gente que sufre por estos motivos.
Este centro, que consta de 400 metros cuadrados, está dividido en dos plantas, en las que podemos encontrar una tienda de cosmética personalizada, servicios especializados de peluquería y estética y proyecto oncológico.
Hasta ahora, los productos cosméticos de Ángela Navarro sólo podían venderse si eras cliente, pero ahora, gracias a la apertura de la tienda, todo aquel que quiera conseguir uno de sus productos, puedo comprarlo con plena libertad. Para saber qué producto es el indicado para ti, los profesionales te realizarán un estudio personal, dependiendo del tipo de piel y de la edad.
Adapta es el nombre de la línea cosmética que nos ofrece Ángela Navarro, que incluye cosméticos faciales, corporales y capilares.
El centro de peluquería y estética ofrecerá el asesoramiento de imagen para conseguir lucir lo mejor que uno pueda. Ellos realizan un estudio capilar y también un estudio de los ángulos del rostro y del óvalo de la cara para adecuar el corte de cabello que más te convenga. Además, cuentan con especialistas en micropigmentación, para cejas, ojos, boca… Y, como ya he comentado antes, también han recogido en el centro la necesidad de apoyar a esas mujeres (y también hombres) que necesitan un apoyo extra durante el duro tratamiento del cáncer. En los centros de Ángela Navarro disponen de prótesis capilares, maquillaje reparador y tratamientos dermatológicos especializados para que ese cambio físico apenas sea perceptible, y el paciente pueda sufrir lo menos posible su tratamiento (estéticamente hablando).




