Lo confieso, soy una adicta, aunque no a ninguna cosa rara que os podáis imaginar, no es tan complejo. Me he unido a ese gran número de seguidores de una de las series más carismáticas de los últimos tiempos: la británica Sherlock. Sí, hay muchas nuevas versiones del carismático detective hoy en día: que si la versión cinematográfica de Robert Downey Jr, que si la paranoia americana Elementary protagonizada por Jonny Lee Miller, pero realmente la que a mí me apasiona es la serie de la BBC.
He de reconocer que he tardado en seguir la serie, tanto es así que hace tan sólo un par de semanas que comencé a verla, justo cuando comenzaban a estrenar la tercera temporada. Como buena seguidora de tumblr, no pasé por alto la obsesión que muchos de sus seguidores tenían tanto por la serie como por los protagonistas, y pensé que seguramente tanta gente no podía estar equivocada.
Si os soy sincera, lo que más me gusta de la serie es que es fácil de seguir y, aunque cada episodio dure 1 hora 40 minutos (como es costumbre en las series de la BBC), tres capítulos por temporada se hacen pocos. Las relaciones entre los actores también enganchan desde el primer momento:
- Un Sherlock interpretado por un talentosisimo y camaleónico Benedict Cumberbatch egocéntrico, déspota y aún así achuchable…
- Un veterano de guerra Holmes interpretado por Martin Freeman al que se le coge cariño desde el minuto 1
- Un Mycroft Holmes, personaje que no sabes qué sentimientos te despierta, interpretado por Mark Gatiss, creador de la serie
- Un policía amigo llamado Lestrade interpretado por Rupert Graves, que no queda ridiculizado al lado de la cabeza pensante de Sherlock
Todos y cada uno de ellos hacen que la serie sea redonda, compleja y completa. Todo detalle está pensado, incluso han casado a Martin Freeman (Watson) con su novia y pareja de toda la vida, Amanda Abbington…
Spoilers aparte y, sabiendo que habrá una cuarta (confirmada) y quinta temporada (rumoreada), todavía queda serie para rato. Mientras llega, seguiré con mis clásicos The Walking Dead, Agentes de S.H.I.E.L.D. y Castle, que también están entre mis obsesiones.
Por cierto, esto no sé si me pasará solo a mi, pero cuando veo a Martin Freeman siempre lo imagino vestido de Hobbit o sin ropa por sus escenas en Love Actually. #Fail